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28.10.2021
La memoria valorada es un documento redactado por un técnico acreditado que se emplea para solicitar licencias de obra menor.

Las obras son una circunstancia muy habitual en nuestro día a día con la vivienda. Seguramente todos hayamos realizado alguna reforma en nuestro hogar para tener más comodidad o subsanar deficiencias. Es ley de vida. Para que los profesionales se aclaren más sobre el tipo de obras a utilizar, entra en juego la memoria valorada. Si quieres saber más acerca de este documento y sus utilidades, consulta Housell y resuelve todas tus dudas.

Una memoria valorada es un documento redactado por un experto (arquitecto técnico, ingeniero o ingeniero técnico), en la que se describen las reformas, actuaciones o instalaciones a realizar, su objetivo y otros datos relativos a estos trabajos. A pesar de no estar regulada por ninguna ley, se trata de un documento muy extendido entre los expertos del sector y funciona a partir de los conocimientos técnicos de estos.

Su objetivo es calcular el coste de las obras para establecer presupuestos y pedir licencias ante los organismos municipales. De hecho, los ayuntamientos o comunidades de propietarios suelen pedir una memoria valorada como ‘luz verde’ para iniciar una reforma, solicitar una subvención o licitar obras menores para la administración pública.

 

¿De qué documentos suele constar la memoria valorada?

 

Este documento suele contener los siguientes documentos:

  1. Índice: enumeración de los puntos que forman la memoria valorada.
  2. Introducción: se incluyen los datos de la propiedad, los nombres del propietario y del técnico que realiza la memoria valorada, el objeto (¿para qué se hace la obra?), el lugar y la descripción del estado actual de los terrenos/estancias.
  3. Superficies: descripción detallada de las dimensiones de la reforma.
  4. Memoria descriptiva, urbanística y constructiva (justificación urbanística): mediante esta documentación se justifica el planeamiento municipal, complementando a los planos presentados. En caso de existir dificultades arquitectónicas a solventar, también se incluye una explicación.
  5. Planos de situación y definición de anteproyecto (plantas, alzados, secciones): antes de presentar el proyecto definitivo, los arquitectos necesitan elaborar una serie de trabajos previos para asegurar el diseño final de la vivienda/edificio
  6. Planos de las instalaciones: con el fin de aportar más información a las memorias descritas anteriormente.
  7. Estudios adicionales, Básico de Seguridad y Salud y Gestión de Residuos: no son obligatorios en todos los casos, pero sí pueden requerirse.
  8. Presupuesto: con todo lo expuesto anteriormente, se presenta una previsión de gastos para la obra
  9. Documentación gráfica complementaria: como último paso para completar el proceso.

El tiempo de realización de la memoria valorada suele situarse en torno a los 15 días naturales, aunque este periodo puede alargarse según la envergadura o características del estudio. Por ejemplo, si la composición rocosa de un lugar genera inestabilidad en el subsuelo, el proceso puede alargarse.

Precio aproximado de una memoria valorada

 

Al no estar regulada por una normativa concreta, es más difícil establecer un coste para la elaboración de una memoria valorada. Este puede depender de factores como el tiempo empleado en su elaboración, la complejidad, el valor de los terrenos examinados o la experiencia del técnico que lo realice. Teniendo en cuenta todos estos factores, tendremos que desembolsar un mínimo de 400 euros al experto correspondiente para realizar este trámite.

Ahora qué ya sabes qué es una memoria valorada, para qué sirve, de qué documentos está compuesta y cuánto puede costar, entra en Housell y mantente informado de todo lo relacionado con tu vivienda.

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